Esta sección es un registro de las tiendas especializadas en la carrera a pie que adoptan una práctica basada en las evidencias científicas actualmente conocidas, están situadas alrededor del mundo y basan sus recomendaciones en los principios descritos aquí debajo. Para ellos, la compra de un calzado es una elección:
1. Una elección que respete la petición del
cliente
Las creencias de los clientes están a menudo basadas
en sus propias experiencias, pero frecuentemente también tergiversadas por las
influencias comerciales. A pesar de la importancia de divulgar una información entendible
y fiable (proveniente de fuentes no tergiversadas), es importante de no
destruir las creencias del cliente a base de argumentos sin fundamento o
basados en nuestras propias creencias. Otro aspecto a considerar es el respetar
la prescripción que le haya podido hacer un especialista.
Si se realizan cambios en la práctica, se deben
integrar con mucha prudencia. Un corredor que cambie su tipo de calzado deberá
asegurarse de hacer una transición de forma segura, la transición del viejo
calzado al nuevo se hará de forma muy gradual.
2. Una
elección científica y lógica antes que marketing
Los conceptos enseñados al cliente deben basarse
en lo que conocemos de la ciencia o, en su defecto, provenientes de una lógica
clínica asociada a una rica experiencia profesional.
Es importante saber que las novedades tecnológicas
anuales propuestas por las compañías son sin fundamentos científicos sólidos y
tienen el simple y único objetivo de vender el producto. El minorista/vendedor
debe analizar con criterio la información que proviene de las compañías, para
que estas no comprometan su independencia profesional, sobretodo en el discurso
que el vendedor tiene hacia el cliente. Las influencias comerciales y los
beneficios asociados a la venta de un calzado en particular no deberían nunca
influenciar al vendedor en la gama que propone al cliente.
3. Una
elección en primer lugar ergonómica
La comodidad es la característica más importante
en la compra de un calzado de carrera a pie. No una comodidad definida como la
percepción de sujeción y blanda, y sí por la ausencia de presiones que causen
irritación o deformación. Los criterios esenciales se resumen en respetar la
longitud, la anchura y la forma del pie, es decir, la forma del antepié y de
los dedos tanto en estático como en dinámico.
4. Una
elección ultra-minimalista para los niños
Los puntos esenciales en la elección de un calzado
para los niños son relativamente simples y aceptados por la gran mayoría de
expertos en este dominio. Primero, el rol principal del calzado para niños es
el de proteger el pie de las lesiones y de las infecciones. Después, la
selección del calzado para niños debería basarse en el modelo “pie descalzo”
para que el pie se desarrolle de manera óptima. Un calzado rígido y que comprima no debe ser recomendado.
Finalmente, la conclusión es sencilla: cuanto más tiempo pasen descalzos los
niños, mejor. Todos los buenos vendedores de calzado deberían transmitir esta
información a los padres.
A veces, por el entorno social o el tipo de
terreno se necesita un calzado, que debería ser en todos los casos ULTRA
minimalista (sin talón, sin soporte del
arco, lo más fino posible y ultra flexible en todas las direcciones). Además,
no hay edad donde el niño/adolescente debería empezar a llevar un calzado
maximalista (amortiguado, con talón elevado, relativamente rígido,…). Si por el
contrario el adolescente se ha adaptado a un calzado maximalista, una
transición hacia el calzado minimalista deberá hacerse en un periodo de varias
semanas, adaptación obligada.
5. Una
elección minimalista para los debutantes
El debutante en la carrera sin experiencia es
« virgen » en su aprendizaje biomecánico. Tendrá todo el interés,
desde un principio, en integrar un
calzado que perturbe lo menos posible las biomecánicas naturales y que no
perjudique el desarrollo del pie. El calzado minimalista llevará al corredor a
desarrollar los comportamientos de moderación de impacto más eficaces. En otras
palabras, aprenderá a correr ligero.
A pesar de las evidencias científicas limitadas que tenemos sobre el efecto a largo plazo que
produce la utilización de un tipo de calzado en particular, se ha demostrado
mediante un estudio retrospectivo que la incidencia de las lesiones en las
personas que utilizan el calzado minimalista ha sido netamente menor que en
aquellas que utilizan el calzado moderno “tradicional”. Además, no hay ninguna
ventaja que justifique la promoción del calzado maximalista en el corredor que
no está adaptado y esto sin importar el peso del individuo.
6. Una
elección que no se base en el tipo del arco del pie
Está reconocido que asignar un calzado en función
del tipo de pie (plano, cavo o universal) es una práctica que no está
justificada. Además, la eficacia de los sistemas de control de la pronación
para controlar los movimientos del pie y de la pierna se está cuestionando.
Por el contrario sigue siendo válido orientar a un
corredor hacia un calzado que no deforme demasiado (tanto en pronación como en
supinación) su dinámica natural de carrera. Un calzado que aumente los grados
de pronación naturalmente observados en el barefoot, no será aconsejable puesto
que cambiaría la biomecánica en la que el cuerpo está adaptado.
7. Una
elección que no se base en el peso del individuo
Científicamente nada justifica que las personas
relativamente más pesadas tengan un calzado con más amortiguación, más grueso,
más rígido o con talón más elevado. La duración será el criterio específico a
considerar en la sección del calzado.
Encontraréis esta sección y las tiendas que siguen estos principios en el siguiente enlace de la clínica del corredor, http://www.laclinicadelcorredor.com
Nota: tanto esta sección como nuestras
recomendaciones, evolucionarán al ritmo de los nuevos conocimientos y
publicaciones científicas. Si compartís estos principios y sois un minorista de
calzado especializado, escribirnos. Tendréis gratuitamente un reencuentro skype
con Blaise Dubois, vuestros datos en esta lista
y se os suministrarán informaciones complementarias.
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